La adopción es uno de los mayores actos de amor que una persona pueda realizar, pero ese proceso trae consigo más de una dificultad.
Para una pareja que no puede concebir de forma natural, adoptar es una posibilidad pero no todos deciden dar ese paso. Pero, los esposos Lauren y Mel Koller, de Austin, Texas, así lo hicieron.
El deseo de Mel y Lauren por ser padres los acompañó desde su noviazgo y tras casarse en el 2010 empezaron a trabajar en ello pero no lograban concebir de forma natural. Agobiados con la situación, los Koller pensaron en adoptar.
En el 2015, los esposos dieron el gran paso y visitaron por Gladney Center for Adoption para iniciar el proceso. Después fueron aprobados como familia en espera, Mel y Lauren eran candidatos ideales para cualquier bebé pero la adopción no llegó sino 2 años más tarde.
“Esperamos durante dos años. Fue difícil y estábamos empezando a preguntarnos si habría luz al final del túnel, pero nos mantuvimos firmes en nuestra fe en que Dios iba a proveer”, relató Lauren.
Luego de unas vacaciones los esposos recibieron la anhelada llamada de su asistente social, una mujer embarazada había reducido su búsqueda a ellos y sólo dos parejas más. Lauren y Mel estaban listos para conocerla, pero no quería ilusionarse demasiado.
“Siguiendo el consejo de nuestra trabajadora social, le escribimos una carta presentándonos y respondiendo algunas preguntas que tenía. ¡Días después recibimos la noticia de que ella nos había elegido!”, dijo Lauren. Los futuros padres adoptivos establecieron un contacto constante con la madre biológica Felicia Metcalf y poco a poco fueron estrechando su relación.
Lauren y Mel estuvieron el día del nacimiento del pequeño, pero debieron esperar un mes antes de poderlo llevar a casa con ellos. Para la señora Koller esos días fueron los más difíciles. “Tuvimos la suerte de conocerlo y abrazarlo la noche de su nacimiento. La espera fue larga, pero el amor fue instantáneo. Las palabras no pueden describir la alegría y la plenitud de nuestro corazón”.
Por fin, ese día llegó y ocurrió algo conmovedor, la madre adoptiva no pudo contener tantas emociones de saber que el niño por fin iría con ellos a casa y empezó a llorar. Ese fue el momento en que Felicia se inclinó y secó las lágrimas de Lauren.
La madre biológica consoló a la nueva mamá adoptiva de su pequeño y fue capturado por el lente de la fotógrafa Sara Easter. Ambas se preocupaban por el bebé y querían la mejor vida posible para él.
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