Nada más horrible que recibir la noticia de que la salud nuestros seres queridos se encuentra bajo peligro.
La lucha contra el cáncer es dura para los pacientes y por si esto no fuese suficiente también se convierte en un enorme impacto económico. Toni Standen es una mujer de 29 años que acompañó a su padre a lo largo de sus tratamientos contra el cáncer.
Meses después dio la noticia de que ella también estaba sufriendo dicha enfermedad. Toni empezó a recaudar fondos para poder costear su tratamiento. También, anunció que quería cumplir su anhelado sueño de tener una enorme boda cuanto antes para que su padre la llevara al altar.
Sus amigas la apoyaron e incluso una de ellas se ofreció a recaudar fondos a través de GoFundMe. “No teníamos mucho, pero todos queríamos ayudarlos”, dijo su amiga Cheryl Aston.
Meses después Toni cortó su cabello y afirmó que era el resultado de la quimioterapia que estaba recibiendo. En marzo informó a todos que el cáncer se había propagado por todo su cuerpo.
“Me dijo que tenía cáncer y que no sabía si sobreviviría. Yo le creí. Se merece un Oscar”, dijo Cheryl. Por medio de las donaciones, logró recaudar más de 12 mil dólares y gracias a esto pagó lo necesario para tener la boda de sus sueños junto a su pareja, James. Su padre, quien realmente padecía cáncer; había perdido la vida y no pudo estar en la ceremonia.
El día de la boda muchos de sus amigos empezaron a sospechar que algo no iba bien. La familia reprodujo un video que Derek, el padre de Toni; había grabado poco antes de partir para felicitarla en su gran día.
Todos quedaron sumidos en lágrimas pero Toni no pareció verse muy afectada y bromeó sin parar con todos los invitados. En abril volvió a contactar a sus amigos para decirles que tenía COVID-19 y ellos decidieron confrontarla.
“La llamamos y grabamos todo. Le preguntamos: ‘¿De verdad tienes cáncer?’. Empezó a llorar y admitió que todo era mentira. Colgamos y nos fuimos a la policía inmediatamente”, dijo uno de sus amigos. Toni se declaró culpable pero aún no ha recibido sentencia, todavía no se sabe el nivel de implicación que su esposo tuvo en la estafa.
Cuesta creer que haya actuado de esa manera tan cruel luego de haber vivido en carne propia cuánto sufre una persona con cáncer.
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