Esta es la historia de Megan Pohlmann, una enfermera pediátrica que trabaja en el hospital de niños St.
Louis en Missouri, Estados Unidos. Esta mujer tiene una singular condición neurológica conocida como sinestesia tacto-espejo. Las personas que tienen esta condición logran percibir lo que otras personas están sintiendo. Megan considera que padecer sinestesia tacto-espejo es una bendición para poder realizar mejor su trabajo.
Megan Pohlmann
La ciencia señala que la sinestesia es una condición que provoca que 2 o más de los 5 sentidos se enlacen con otra persona. El caso de Megan Pohlmann ha llamado mucho la atención. Ella mencionó:
“Siempre he tenido una gran sensibilidad, pero no sabía que era algo en serio hasta hace 6 años, cuando me encontré con unos investigadores sobre la sinestesia, quienes me lo confirmaron.”
Megan Pohlmann
Gracias a este “sexto sentido” ha logrado salvar y proteger a muchos niños. Ella compartió:
“Una vez, mi sexto sentido se encendió, diciéndome que había algo malo. Sentí la necesidad de correr, me sentí hasta mal del estómago. Me sentía avergonzada y quería hacer lo que fuera para no estar cerca de un hombre que estaba en mi consultorio. Después de algunos minutos, estaba segura de que la chica que era mi paciente, estaba siendo abusada por él.”
Getty
Megan también tiene hijos y su sexto sentido le ha permitido entenderlos profundamente. Ella considera su sinestesia como un “don” que seguirá utilizando para ayudar a niños.
La sinestesia tacto-espejo es una condición extraña pero también fascinante, los especialistas aún no saben sus causas, pero las personas que lo padecen deben entender que es una forma única de comunicarse con otras personas y deben aprovecharlo.
Megan Pohlmann
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