Mucha gente se encuentra desesperadas, luchando arduamente por poder cuidar y alimentar a sus familias.
Lamentablemente, los tiempos que atravesamos no son fáciles y conducen a acciones inseguras, que podrían traer más desgracias. Algunos han perdido su único ingreso a causa de la pandemia empeorando su situación.
Esto fue lo que ocurrió con los habitantes del mágico Porto Iguazú, Argentina, quienes se vieron en la necesidad de cavar para poder sacar 1.200 cajas de pollo que fueron desechadas por una agencia de salud.
Pero nada de ello importó a los habitantes que vieron la mejor oportunidad de obtener algo de alimento en medio de la crisis.
Todo ocurrió en La Tosquera, donde 60 personas, incluyendo adultos, ancianos y niños, utilizaron palas y hasta sus propias uñas para encontrar la carne.
“Esta compleja situación socioeconómica hace que Porto Iguazú se hunda en la miseria, la pobreza y el hambre. Estas imágenes son la realidad de cómo estamos hoy en Porto Iguazú”.
“El hambre golpea fuerte a las puertas. Tuvieron que desenterrar pollo para poder comer”, declaró el representante del movimiento social, Claudio Altamirano.
La ciudad de Iguazú tiene cerca de 100 mil habitantes y conecta el país sudamericano, a través del Puente Tancredo Neves, con Foz do Iguazú, en el occidente de Paraná, que cuenta con más de 250 mil habitantes. Porto Iguazú depende del turismo, pero las fronteras están cerradas desde marzo.
Debido a la pandemia, el Parque Nacional Iguazú solo recibe visitantes de la Provincia de Misiones, en Argentina. El parque estuvo operando los fines de semana, con 500 boletos el sábado y 450 el domingo. Antes de la aparición del virus, las visitas diarias promedio eran de 4 mil personas.
“Esta es la verdadera imagen de Porto Iguazú, no la imagen de la maravilla natural, de las cataratas, de millones de turistas, de todo glamour, de películas famosas, dinero, oro, perfumes. Esta no es la realidad”, señaló Claudio.
La carne estuvo sin refrigeración durante más de 24 horas y no era apta para el consumo, por lo que fueron descartadas por el Servicio Nacional de Salud y Calidad Alimentaria (Senasa). Por esta razón, es más peligroso para la salud de las humildes familias que se hayan alimentado de lo recolectado.
Hasta ahora, las autoridades responsables no se han pronunciado en torno a este lamentable caso.
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