La madre de Brittany Backenhaster, Jamie, describió a su hija como una niña que estaba “llena de vida” y amaba cantar en la iglesia.
Una mañana, Jamie encontró a su hija en el piso de su habitación con espuma en la boca y temblando. Estaba teniendo un ataque, algo que Jamie sufría de chica.
Jamie pudo controlar su trastorno con medicamentos, pero su hija Brittany no respondía positivamente a ellos. Por lo tanto, la madre comenzó a perder las esperanzas de que Brittany pudiera vivir una vida regular, o incluso vivir.
Jamie se sintió personalmente responsable. “Me culpé mucho a mí misma. Le heredé a mi hija esta enfermedad “. Brittany tuvo que usar un casco para protegerse durante sus convulsiones y su madre le tuvo que comprar costosos medicamentos para poder ayudarla.
Muchas veces, para la familia era muy difícil poder conseguir el dinero de los medicamentos. El estrés de tener un hijo enfermo y problemas financieros les pasó factura. En una ocasión, Brittany estuvo en el hospital durante tres semanas. Los escáneres cerebrales mostraron que todo su cerebro estaba teniendo problemas, y no había nada que pudieran hacer por ella.
Los médicos le dijeron a Jamie que la llevara a su casa para que se sintiera cómoda durante los últimos momentos de su vida.
Jamie pasó toda la noche orando por su hija, y por la mañana Brittany comenzó a responder por primera vez en un año.
Las primeras palabras que pronunció fueron, “¡Jesús! ¡Jesús! “. Brittany miró a su madre y describió el encuentro que tuvo con Jesús, contándole detalles que no eran comunes entre los niños de cinco años.
Los doctores, asombrados con la recuperación, le dieron el alta médica al día siguiente.
En este video en ingles puedes ver la increíble historia de Brittany: