Este hecho ocurrió en una licorería de Estados Unidos, cuando un ladrón entró al local para intentar robar el dinero de la caja registradora.
Sin embargo, lo que menos se pensó era que la mujer a cargo del local y su hija, estarían armadas.
Cuando el hombre intentó huir, ambas mujeres sacaron las armas que tenían guardadas en el mostrador y la madre le tiró un tiro a quemarropa. Luego, mientras lo veía correr hacía la puerta, le tiró dos tiros más.
Su hija intentaba contactar al número de emergencias, mientras que la madre se mantenía atenta por si el atacante regresaba.
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“Mi madre me dijo que abriera la caja registradora y que le diera el dinero”, relató la joven.
Su madre sufrió una herida en la cabeza, que requirió varios puntos. “No quería que lastimara a mi hija. Ese fue mi pensamiento principal”, declaró.
El dueño de la tienda, Justin Christian, de 33 años, estaba fuera de la ciudad en el momento del suceso y manifestó que su madre y su hermana “hicieron lo que tenían que hacer“, “Estoy muy orgulloso de ellas. Lucharon por su vida”, agregó.
El asaltante huyó herido hacia el hospital y allí fue detenido por la policía. El dueño del local aseguró que esa era la primera vez que asaltaban la tienda y que su familia “no desea dañar a los demás, pero en ese caso era necesario”.