A finales del mes de julio, el movimiento Liberemos a Britney se convirtió en un fenómeno online decidido a salvar a Britney Spears de la Autoridad Parental que el juez otorgó a Jamie Spears sobre su hija en 2008.
Durante los últimos 12 años, la cantante se ha visto obligada a obedecer las reglas de esta tutela judicial que impone decisiones sobre sus finanzas, su vida personal e, incluso, lo que puede publicar en sus perfiles de redes sociales.
Hace poco más de un mes, la cantante realizó una petición a la Corte Superior de Los Ángeles (EE.UU.) para que los detalles y procedimientos de la tutela legal controlada por su padre salgan a la luz.
Su abogado Samuel D. Ingham III hizo referencia al apoyo público de los seguidores de la artista para demandar que no se gestione bajo secreto el caso, tal y como demanda su padre.
“Lejos de ser una teoría conspirativa o una ‘broma’ como James dijo a los medios, en gran parte este escrutinio es un resultado razonable e incluso predecible del uso agresivo de procedimientos de ‘sellado’ por parte de James para minimizar la cantidad de información significativa puesta a disposición del público”, añadió.
Esta semana, el abogado de la cantante sorprendió a todos al comparar la incapacidad de Britney para acudir ante el tribunal o firmar un documento que exprese sus deseos sobre su custodia con la de un paciente en coma.
“Soy la fuente exclusiva de información en los alegatos públicos sobre lo que quiere mi cliente”, dijo. Por su parte Lauriann Wright, abogada de su padre, pidió que “la Sra. Spears sea quien aparezca en la sala para que todos sepamos lo que está sucediendo”.
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