Las autoridades de Perú abrieron las ruinas de Machu Picchu para un solo turista.
Este japonés soñaba con ir antes que regresara a su país, y luego de esperar casi siete meses para ingresar a la ciudadela inca tras quedar atrapado en Cusco por el brote del coronavirus, su sueño se ha cumplido.
Todo fue posible gracias al “pedido especial” que solicitó Jesse Takayama, quien se quedó varado desde marzo en la zona de Aguas Calientes, al sureste de Perú, informó el lunes el ministro de Cultura, Alejandro Neyra.
“Vino a Perú con el sueño de poder entrar”, dijo Neyra en una conferencia virtual con la prensa extranjera. “El ciudadano japonés ha ingresado junto con nuestro jefe del parque para que pueda realizar su visita antes de volver a su país”, afirmó.
Takayama, que tenía su boleto de ingreso desde marzo, entró a las ruinas construidas hace más de 500 años y se convirtió en el primer visitante en siete meses que pudo pasear por la ciudadela, patrimonio de la humanidad.
El japonés dijo que su plan era quedarse en Perú sólo tres días para visitar Machu Picchu, pero que fue postergando su partida con la esperanza de realizar su sueño y porque también los vuelos internacionales fueron suspendidos.
“Esto es muy increíble, ¡gracias!”, dijo Takayama en un video grabado en la cima de la montaña de Machu Picchu.
El ministro Neyra manifestó que en noviembre está pensada la reapertura oficial de las ruinas de Machu Picchu para los turistas nacionales y extranjeros, con un aforo permitido de 30% de su capacidad (675 personas por día).
“Estamos aún en medio de una pandemia”, dijo Neyra. “Va a hacerse con todos los cuidados necesarios y con prueba de reapertura”, agregó.
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