Le dijeron que estaba maldita por su riqueza y que tendría un terrible destino si no construía una mansión para fantasmas.
Sarah Winchester vivió una historia llena de misterio. Todo comenzó en 1866, a sus 26 años vivía al lado de su esposo William Winchester. Cuando Sarah recién cumplió 26 años falleció su hija Annie. La pareja no tuvo más hijos. William murió 15 años después.
La tristeza de la viuda era tan grande que decidió viajar a Boston para visitar al famoso psíquico Adam Coons. Él le indicó una extraña solución.
La riqueza maldita
Sarah disfrutó de millones de dólares durante toda su vida adulta. Su suegro, Oliver Winchester, fundó una compañía de armas que desarrolló el primer fusil de repetición.
Oliver no pudo disfrutar de su riqueza porque murió antes de que se hiciera millonario. Su hijo heredó la compañía.
Sarah al enviudar heredó una fortuna de 500 millones de dólares.
El psíquico le advirtió a la viuda que su familia era víctima de una maldición por todas las personas que habían sido asesinadas por los rifles Winchester y que estaba en un latente peligro pues los espíritus buscaban asesinarla, le indicó que la única solución era construir una mansión para ellos.
La mansión
En 1884, Sarah compró una casa de campo en San José, al sur de San Francisco. Contrató a muchos trabajadores para ampliar su nueva propiedad.
Sus empleados tenían la indicación de trabajar sin parar; las 24 horas y todos los días.
Los trabajadores no tenían una estructura definida para ampliar la casa, su labor terminó hasta que Sarah murió en 1922.
La mansión estuvo en construcción por casi 40 años
Como no había una persona encargada de dirigir la ampliación, la casona se transformó en un “extraño rompecabezas”, pues había escaleras y pasillos que no llevaban a ninguna parte, ventanas que servían solo para mirar a otras habitaciones.
El resultado final de la construcción: 500 habitaciones, 10,000 ventanas, 47 chimeneas, 7 pisos, 3 elevadores, 2 niveles subterráneos y escaleras laberínticas. Además de 2 salones de baile (uno completo y otro sin finalizar).
La viuda gastó una buena parte de su riqueza en la construcción de esta mansión, por ejemplo las vidrieras de sus ventanas fueron diseñadas por la compañía Tiffany. Una de ellas no se instaló y estaba avaluada en 25 000 dólares. También había una ventana exclusiva para recibir directamente los rayos del sol, tenía un prisma para proyectar un arcoíris del otro lado, pero extrañamente fue instalada en un lugar que no recibía luz.
En esta época el número 13 era considerado de mal augurio, pero estaba presente en la construcción, por ejemplo los techos tenían 13 paneles, las escaleras 13 peldaños y una ventana estaba conformada por 13 vidrios.
Una habitación recibió el nombre de “Gorro de bruja”, aparentemente fue edificada para crear un extraño eco dentro de ella.
La leyenda de la viuda
Se dice que la casa tenía solo un baño funcional y que Sarah dormía en una habitación diferente cada noche. Los trabajadores tenían un mapa de la mansión para desplazarse sin problemas.
Sarah murió a los 82 años de edad y heredó toda su fortuna (menos la mansión) a su secretaria y a su sobrina. Se dice que se necesitaron 6 semanas para sacar todos los objetos de la casona.
¿Qué sucedió con la mansión?
Un terremoto destruyó una parte de la casa y lo que queda de ella es una atracción turística. En el 2016 se encontró un ático, en el que había vestidos de la época victoriana, una máquina de coser y obras de arte.
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