El 8 de julio de este año, la actriz de Glee Naya Rivera, murió ahogada mientras paseaba en bote con su hijo de 4 años en el lago Piru.
Ahora la autopsia completa ha salido a la luz y revela detalles de los últimos instantes de vida de Naya.
Según la revista People, el hijo de Naya dijo a los investigadores que su mamá había contado “1, 2, 3” y que luego de eso se lanzaron al agua. Luego su madre le habría dicho que regresara al bote y lo ayudó a subir. Después, el pequeño la escuchó gritar “ayuda”. “Ella levantó su brazo en el aire. Luego desapareció en el agua”, dice la investigación.
Rivera tenía buena salud, pero también un historial de vértigo “que empeoraba cuando estaba en el agua”. Ya había sido tratada y aunque su condición llegaba al punto de producirle vómito, había aprendido a “controlar los síntomas con antihistamínicos”. También le habían recetado un medicamento para la ansiedad y otro para controlar una infección sinusal reciente, añade el documento.
La actriz no tenía antecedentes conocidos de ideas o intentos de suicidio. Aunque el informe toxicológico reveló niveles bajos de anfetamina, diazepam, etanol y de un supresor del apetito, los forenses descartan el uso de drogas o alcohol como causas del siniestro y reiteran que la actriz falleció por ahogamiento de manera accidental.
Un trágico accidente que le costó la vida.