El youtuber chileno Matías Vera, de 15 años de edad, conocido por su canal Peluchin Entertainment, subió a su canal dos crudos videos de maltrato animal.
En uno de ellos se le ve torturando y pateando a su gato hasta que el animal apenas se mueve y en otro lanza a un pequeño gato adoptado días atrás por un sucio inodoro.
Las redes se han hecho eco de los videos (que desaparecieron de su canal de Youtube) y cientos de usuarios comenzaron a linchar al youtuber por su comportamiento. Ambos videos ya no pueden verse en su canal, pero varios youtubers llegaron a guardarlos y los siguen reproduciendo en la plataforma para denunciar estos graves episodios de maltrato animal. En uno de ellos, el youtuber muestra a su gato en el salón de su casa, un gato al que al parecer le fallan las patas traseras.
El youtuber lo agarra por el cuello, lo levanta y lo lanza al suelo varias veces. Luego empieza a darle patadas al pobre animal y en una de ellas incluso le aplasta la cabeza. El gato intenta esconderse cada vez con menos fuerzas detrás de un sofá, sin embargo, las agresiones continúan hasta que se ve cómo va perdiendo gran parte de la movilidad.
Al cabo de unos días, el youtuber subió un video en el que decía que llevó al veterinario a su gato para ser sacrificado “porque tuvo un accidente”, y anunció que había adoptado a tres nuevos gatos abandonados que estaban en una protectora, momento en que muchos usuarios empezaron a señalarle y a reportar esta adopción para evitar nuevos episodios de maltrato.
Un nuevo video de Matías Vera mostraba cómo lanzaba a uno de los gatos por un retrete lleno de excrementos. Muchos usuarios de Twitter reportaron su canal y algunos incluso están distribuyendo su nombre completo, dirección y teléfono. Algunos youtubers han realizado videos condenando este grave caso de maltrato, como Jordi Wild, y en Change.org también se ha creado una campaña de firmas para que se cierre su canal.
El canal de Twitter de Matías Vera está cerrado actualmente y su canal de YouTube cuenta con unos 10.800 suscriptores. Y en él se define así: “Lo único que importa, es que soy un Dios”.
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