Las infecciones como la conjuntivitis suelen ser comunes, especialmente en los niños.
Pero lo bueno es que la conjuntivitis dura poco. Aunque los antibióticos y los cuidados intensivos son necesarios, suele desaparecer por sí sola.
Eso es exactamente lo la familia de esta niña, llamada Stella, pensó. La joven tenía un pequeño bulto rojo en el ojo y cuando los padres no se preocuparon mucho por la infección, sabían que era importante consultar a un médico.
Los padres Paul y Gaylene (en la foto) dijeron que fue traumático ver a su niña pasar por tanto sufrimiento
El médico le recetó antibióticos y ungüentos, asumiendo que se trataba de la infección ocular habitual. Y les aseguró que desaparecería en unos pocos días. Pero la hinchazón en los ojos de su hija decía lo contrario.
Fue sólo cuando aumentó y el enrojecimiento del ojo empeoró que los padres buscaron un oftalmólogo de emergencia. Desde allí, enviaron a Stella a una tomografía computarizada.
Stella fue diagnosticada con una forma rara de cáncer después de que su ojo comenzara a hincharse.
La tomografía computarizada pudo mostrar la causa real de la hinchazón: un mini tumor en forma de campana alojado entre su ojo y el cerebro. El tumor evolucionaba lentamente y hacía metástasis al hueso orbitario. Gaylene dijo que el tumor tenía aproximadamente 1,5 cm de diámetro y tenía forma de campana.
Más tarde, Stella también fue diagnosticada con histiocitosis de células de Langerhans, un cáncer de huesos bastante raro. Sus padres aceptaron someterla a una cirugía de emergencia y los médicos pudieron extirpar con éxito el tumor maligno. Afortunadamente, no se han desarrollado otros tumores en su cuerpo y estaba sana después de toda la quimioterapia por la que pasó.
Paul llamó al cáncer de Stella como la experiencia más innovadora de su vida. Dijo que las palabras cáncer y tumor eran incomprensibles para su hija. Pero para los adultos, significaban peligro inminente.
Stella se sometió a un tratamiento adicional de “quimioterapia de mantenimiento” de un año cada tres semanas.
Su la madre, la Sra. Robson, dijo que ese año la dejó totalmente agotada, tanto mental como físicamente.
La joven necesitó cirugía inmediata para extirpar el crecimiento canceroso, que estaba peligrosamente cerca de su cerebro.
Stella ya no toma antibióticos y su familia está agradecida de ver a su hija nuevamente en acción. No tiene cicatrices visibles ni daños en la visión. Los Robson expresaron su gratitud al Hospital por sus inmensos esfuerzos y por el tratamiento de su hija.
Después de la cirugía, Stella ha vuelto a ser esa niña animada y tiene una vista perfecta sin cicatrices visibles en el ojo.
Nosotros, esperamos que el cáncer de Stella nunca regrese y que disfrute de una vida perfectamente sana.