Los doctores y enfermeros son ángeles en la tierra dispuestos a dar lo mejor de sí para salvar la vida de otros, sobre todo cuando se trata de bebés que recién llegan a este mundo.

Sin duda, el enfermero de esta historia es un gran héroe sin capa que nos inspira a todos con su dedicación y vocación, tras haberse asegurado de que una indefensa bebé que perdió a su madre lograra sobrevivir. Su nombre es José Alberto Oliva.

Pese a la gran catástrofe generada por la COVID-19, la situación sirvió para que todas las naciones se muestren solidarias las unas con las otras; haciendo llegar la atención médica a donde más se necesita. José siempre estuvo dispuesto a dejarlo todo para servir y ayudar a los demás.

Es por eso que, este enfermero cubano no dudó ni un instante en salir de su país para poder ayudar a otras naciones. Sin embargo, jamás pensó que al llegar a Argelia, en la provincia de Ourgla, se enfrentaría al gran reto de salvar la vida de una recién nacida que llegó a este mundo de forma prematura, con tan solo 28 semanas de gestación.

El nacimiento de esta bebé no fue fácil, sobre todo porque se quedó sin el amparo de su madre que no pudo sobrevivir al virus; padeciendo también ella la terrible enfermedad. Sin embargo, tuvo la suerte de llegar al cuidado de José.

El noble enfermero no estaba dispuesto a perder a la bebé, y puso todo su esfuerzo en mantenerla con vida con la técnica “piel a piel”, denominada así por la similitud que tiene al desarrollo que llevan a cabo los canguros recién nacidos. Por medio del contacto cercano, se logra fortalecer el crecimiento y la lactancia del bebé. Así que, por dicha razón, José no se separó ni un instante de la pequeña durante dos semanas.

“El bebé nació a las 28 semanas y su madre falleció por COVID-19. Nos tocó a todos hacer de mamá canguro. Con esta técnica el bebé se beneficia del calor de tu cuerpo, el cuerpo funciona como una incubadora humana y los latidos del corazón lo estimulan. Piel a piel, corazón a corazón”, informó el enfermero.

Poco a poco, la bebé fue recuperándose y ganando peso. Progresó mucho hasta que finalmente dio negativo a la prueba del virus y pudo ser dada de alta, para ser llevada a casa con el resto de su familia.

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