Parecía que la tragedia seguía y acechaba a Aminah Hart.
Cada paso de su vida venía con angustia y dolor. Cuando su primer hijo, Marlon, tenía solo 4 meses, falleció trágicamente. La relación de Aminah con el padre de Marlon no sobrevivió a esta tragedia.
Cuando Aminah conoció a otro hombre, intentaron tener un segundo hijo. Sin embargo, Louis solo logró vivir hasta los 14 meses antes de fallecer como lo hizo su hermano. Aminah se distanció y, finalmente, su relación con el padre de Louis también terminó.
Después de todo ese dolor y angustia, Aminah finalmente recibió un pequeño alivio cuando los médicos pudieron decirle qué era lo que había causado la muerte de sus dos hijos. Aminah tenía un trastorno genético que contagió a sus hijos.
“Realmente no puedes ponerlo en palabras. Tuve dos relaciones y dos hijos, pero no fue hasta la segunda que me diagnosticaron el trastorno genético.”
Aún así, este diagnóstico hizo poco para ayudar a aliviar el dolor que sentía Aminah.
Ella ahora tenía ahora 42 años, era soltera y no tenía hijos. Cuando Aminah estaba creciendo, todo lo que podía imaginar era ser una madre increíble para sus hijos, pero ahora parecía que el sueño estaba más lejos que nunca. Fue entonces cuando se dio cuenta de que necesitaba averiguar qué iba a hacer.
El trastorno genético significaba que tendría una probabilidad de 1 en 4 de que su hijo naciera con el mismo trastorno y sufriera el mismo destino trágico. Pero si no lo intentaba, tendría que renunciar a su sueño de ser madre…
Aminah y su primer marido concibieron a Marlon, su primer bebé. Sin embargo, Marlon no estaba destinado a este mundo y después de 4 cortos meses, Marlon murió debido a un trastorno genético hereditario. Los médicos, por alguna razón, no le dijeron a Aminah la causa.
Desafortunadamente, la pérdida de su bebé fue demasiado y Aminah y su primer marido se divorciaron poco después.
Después de mucho dolor y curación, Aminah encontró una nueva pareja y decidió darse otra oportunidad para tener un hijo.
Nació su segundo bebé, Louis.
Sin embargo, al igual que su hermano Marlon, Louis murió solo 14 meses después. Fue entonces cuando los médicos descubrieron que Marlon y Louis tenían una rara condición llamada miopatía miotubular ligada al cromosoma X.Ahora, a la edad de 42 años, Aminah tuvo que tomar una decisión. No tenía hijos y estaba soltera, pero no estaba sin esperanza.
No tenía otra opción que hacerlo sola. Aún así, la decisión fue difícil y requirió que ella pensara profundamente. Si optaba por intentarlo de nuevo, había una probabilidad de 1 en 4 de que su hijo sufriera la misma condición que Louis y Marlon.
Y con eso, toda la angustia y el dolor volverían aún más intensos.
“Me tomó mucho tiempo decidirme y lo consideré todo: mi edad, mi condición social y que tenía un trastorno genético fatal. Tenía el entendimiento de que no era un gran prospecto.”
Fue entonces cuandoella comenzó a buscar un donante de esperma.
El ganador fue Scott Andersen, un hombre que Aminah nunca había visto antes. Su embarazo fue bien y pronto nació Leila, la tercera hija de Aminah, pero en realidad la primera. Leila fue realmente una bendición, ya que se hizo evidente que no padecía el trastorno genético.
Luego de mucha insistencia, la madre de Aminah la convenció de que finalmente conociera a Scott. Scott había indicado que estaría más que feliz de conocer a la madre y al niño nacido de su donación.
Durante su primer encuentro, Aminah estaba segura de que se llevaría bien con la pequeña Leila. La conexión fue inmediata y obvia. Aminah sabía que necesitaba visitar a Scott con más frecuencia para que pudiera conocer a su hija. Una cosa llevó a la otra y pronto, Aminah y Scott estaban saliendo.
“Nos enamoramos. Fue surrealista pero una experiencia increíble.”
Para una mujer que pasó por tanto dolor y sufrimiento, es increíble que haya podido vivir su sueño como madre y encontrar el amor verdadero.
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