Khloé Kardashian se suma a lo que ya es una práctica habitual en Hollywood, ingerir tu propia placenta.
Su hermana Kim Kardashian ya lo hizo, lo confirmó por medio de una foto de un tarro lleno de píldoras marrones en el que había escrito: “Kim, tu increíble placenta”. Ahora Khloé confirmó en el último episodio de Keeping Up with the Kardashians que está planeando comerse su placenta cuando nazca su bebé.
Si bien algunos de los detalles del embarazo de Khloé se mantienen en secreto, ella compartió en enero que planea dar a luz en Cleveland, donde su novio, Tristan Thompson, juega para los Cavaliers. La productora ejecutiva y personaje del reality se encuentra en la recta final del embarazo, y lo enseña a menudo en redes sociales.
En 2015 Kim contrató a Joni Lucarelli para convertir su placenta en pastillas. Lucarelli ha encapsulado aproximadamente 500 placentas para clientes, entre los que se encuentran algunas estrellas. Kim comentó que todo el proceso completo para conseguir las pastillas cuesta 275 dólares y generalmente resultan entre 100 y 200 cápsulas para la madre.
Algunos expertos advierten de los problemas de salud que puede generar este nuevo hábito tan popular en Hollywood. Según una investigación, publicada en American Journal of Obstetrics and Gynecology, no se ha encontrado ninguna evidencia científica sobre los beneficios de la placentofagia, acto de comer la placenta cruda, cocida o en forma de píldora.
No está claro si Khloé recurrirá a Lucarelli para el trabajo o si elegirá un nativo de Cleveland. Kim no fue la primera en iniciar esta tradición familiar. La primera en tomarse su placenta fue Kourtney Kardashian. Se desconoce si Kylie Jenner, que dio a luz hace pocas semanas, está tomando su placenta o por el contrario prefiere dejar para sus hermanas mayores este consumo de vitaminas.
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