La Guardia Civil detuvo a una mujer, cuya identidad no fue revelada, como principal responsable de la muerte de su bebé recién nacida, del que se desconoce su estado de gestación.
La pequeña apareció enterrada en un paraje del municipio almeriense de Vícar.
Fuentes de la Benemérita y del servicio de emergencias 112 confirmaron que el caso, en el que se ha decretado el secreto de sumario, trascendió en la tarde de este martes, cuando un vecino dio el aviso alertando del hallazgo del cuerpo en la localidad.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos sanitarios, de la Benemérita, la Policía Nacional y la Unidad Adscrita de Policía Autonómica, siendo la Guardia Civil la que se hizo cargo de la investigación.
Según la prensa, una ciudadana alertó a los servicios de emergencias de Andalucía después de encontrar una placenta en una balsa agrícola. Los vecinos aseguraron que ella en todo momento negaba su embarazo pese a que todo el mundo sabía que gestaba un bebé. “Se tocaba la barriga y decía que no estaba embarazada”, afirman dichas fuentes.
A raíz del hallazgo de la placenta las autoridades se pusieron a investigar lo ocurrido. Fue cuando encontraron el cuerpo de la recién nacida enterrado junto a la casa de su madre. Estaba pegado al muro de la vivienda, entre telas viejas, un colchón y bidones de plástico y fertilizantes, informó la prensa local.
La presunta autora de los hechos, que vivía en una casa humilde, dio a luz de forma clandestina en su vivienda y en condiciones de extrema precariedad. Luego, se deshizo del bebé, según apuntan las primeras hipótesis. Lo vecinos de la mujer, por su parte, informaron que estaban “alarmados” y dudaban de la “salud mental” de la mujer.
Actualmente, la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y la mujer, de momento, fue trasladada a los calabozos de la Comandancia de la Benmérita en Almería.
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