Las inundaciones en el centro y el este de China han dejado 140 fallecidos y amenazan ahora la metrópolis de Wuhan, donde el nuevo COVID-19 fue detectado en diciembre.
La ciudad de 10 millones de habitantes forma parte de la lista de ciudades que están vigilantes frente a la subida de aguas del Yangtsé, el río más largo de China.
El nivel de agua del Yangtsé, recorre más de 6.000 km, y está alcanzando cotas preocupantes: llegó a su tercera marca más elevada de la historia en Wuhan, según los medios locales. Las constantes lluvias que se han generado desde junio inundaron extensas zonas del sur. Actualmente, el gobierno contabilizó 140 fallecidos, 29.000 viviendas dañadas y cerca de 37 millones de habitantes afectados en diversos grados.
Desde la semana pasada, las precipitaciones son más grandes y han generado una repentina subida de aguas. En total, 32 cursos de agua alcanzaron niveles récord y se emitieron alertas en 432 ríos, anunció el lunes el ministerio de Recursos Hídricos. Varias localidades quedaron inundadas, con casas anegadas hasta el tejado. Miembros de los equipos de emergencia evacuaban a los habitantes en lanchas hinchables.
En otras zonas, se veían como deslizamientos de tierra habían arrasado viviendas y algunos obreros intentaban construir pequeños diques para frenar el agua.
Las provincias más afectadas son Jiangxi, Hubei y Hunan (centro), Anhui, Zhejiang, Jiangsu (este) y la municipalidad de Chongqing (suroeste).
El domingo, el presidente Xi Jinping solicitó a las autoridades locales y al ejército que se movilizaran para rescatar a la gente y reubicar a los habitantes afectados.China “entró en un periodo crítico de control de las inundaciones”, según un comunicado del gobierno. “Los comités del Partido Comunista y las autoridades a todos los niveles tienen que concentrarse en sus misiones con valentía”, afirmó. Entre las principales zonas que preocupan figuran el lago Poyang, en Jiangxi, cuyas aguas alcanzaron un nivel récord, según las autoridades provinciales.
Este lago, la mayor superficie de agua dulce en el interior de China, afluye en el Yangtsé. Otros dos lagos, el Dongting (centro) y el Taihu (este), están bajo alerta, según el ministerio de Recursos Hídricos.
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