La puertorriqueña Natalia Castellar desde niña sufrió bullying por tener unas cejas muy grandes, nunca imaginó que ese “defecto” en unos años se transformaría en uno de sus mayores atractivos.
Natalia menciona:
“Cuando era niña, todos me señalaban. Me hacían burla por lo gruesas y largas que son mis cejas. Lo único que quería era depilarlas por completo”.
Natalia soportó las burlas de sus compañeros, porque su familia siempre le brindó todo su amor y le hizo entender que sus cejas no eran ningún defecto, que lo importante es que estaba sana, fuerte y rodeada de amor.
Con el paso de los años las modas cambian, Natalia se convirtió en modelo y uno de sus mayores atractivos son sus frondosas cejas.
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Natalia dejó de luchar contra su naturaleza, ahora sus cejas le dan fuerza y belleza para posar en las fotografías.
Varias agencias de modelos han escogido a Natalia por el atractivo de sus cejas.
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Actualmente Natalia vive contenta, se dedica al modelaje y al estudio.
Natalia cuando recuerda su pasado lo hace con una sonrisa, pues las críticas de sus compañeros la hicieron más fuerte.
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