Una chica de San Juan, Argentina, denunció a su padre y a su hermano después de sufrir abusos sexuales desde los nueve años de edad.
Fue su pareja quien le animó a que lo hiciera, luego de que esta le contase el infierno que había vivido en casa. Con 16 años, informó a la justicia que, tras cuatro años de abusos sexuales por parte de su padre, su hermano empezó a violarla, según los medios locales.
La víctima quedó embarazada con 15 años. Sin embargo, fue obligada a abortar cuando tenía tres meses de embarazado. Al contarle a su madre lo que había sucedido, esta, en lugar de ayudarla, le dijo que debía “acostumbrarse a los abusos de su padre y su hermano” y la llevó al hospital para que le colocasen un DIU (dispositivo intrauterino) y así, no volver a quedar embarazada.
Luego de la denuncia interpuesta por la menor, los acusados fueron detenidos e interrogados, aunque no reconocieron los abusos sexuales y se defendieron afirmando que “todo se trataba de una venganza”, porque no le habían regalado nada cuando la adolescente cumplió 15 años de edad.
Sin embargo, después de revisar todas las pruebas recogidas en la investigación, el juez Benedicto Correa le dio la razón a la chica y dictó prisión preventiva para el padre, la madre y el hijo. A la joven no solo la respaldaba su versión, la de su novio y la de su madrina, sino también el examen psicológico que le realizaron después de presentar la denuncia y un registro en un centro para un legrado, que es una intervención que se suele realizar luego de un aborto.
El juicio para dictar las penas ya empezó. Los hombres están acusados de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, mientras que la mujer está acusada de facilitar la corrupción sexual de su propia hija.
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