Cuando Sarah Wickline Hull estaba embarazada de su hija, hace más de 10 años, recibió una horrible noticia, ya que fue diagnosticada con un tipo de cáncer muy agresivo y los doctores le advirtieron que su vida, así como la de su bebé, podrían estar en peligro.
Por medio de una publicación en Facebook, la mujer contó su historia y que su hija se encuentra muy saludable, además de que el cáncer ya no se encuentra en su cuerpo, por lo que este mes celebrará 10 años libre de la enfermedad. Sarah fue diagnosticada con linfoma anaplásico de células grandes, una enfermedad que afecta los ganglios linfáticos y regiones extraganglionares como huesos, tejido subcutáneo, pulmones, médula ósea, bazo e hígado.
Para eliminar la enfermedad, la mujer tenía que ser sometida a quimioterapia, por lo que los médicos le recomendaron que se practicara un aborto, ya que su vida y la de su bebé estaban en grave peligro, sin embargo, ella decidió seguir adelante con su embarazo y el tratamiento para el linfoma.
“Jamás olvidaré cuando el primer médico, un oncólogo, mencionó el aborto.
Habíamos luchado muchos años contra la infertilidad para poder embarazarme.Yo sabía que prefería morir y dar a luz”, escribió Wickline en su cuenta de Facebook.
El segundo doctor que visitó también le sugirió que terminara con el embarazo, ya que la bebé podría nacer con diversos problemas, sin embargo, Sarah se mantuvo firme y siguió adelante, aunque su hija nació a las 34 semanas.De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica The Lancet Oncology, la quimioterapia durante el embarazo no afectaría al feto durante su gestación ni luego de su nacimiento, aunque depende del tipo de cáncer que sea diagnosticado.
“En algunos casos la situación es desafiante porque si el cáncer está avanzado puede ser fatal tanto para la madre como para el feto. En otras ocasiones hemos logrado salvar al niño aunque hemos perdido a la madre después del parto, por ejemplo, cuando la mantuvimos viva con un tumor cerebral terminal”, señaló el doctor Frédéric Amant.
La investigación encontró que los bebés nacieron en promedio a las 36 semanas de gestación, sin embargo, no mostraron problemas posteriores en su desarrollo, por lo que la quimioterapia continúa siendo una opción viable para salvar la vida de la madre y no poner en riesgo la del bebé.
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