El mundo está atravesando momentos difíciles debido a la pandemia por el coronavirus.
A nivel económico, esta situación ha golpeado de forma especial a las personas cuyos ingresos dependían del trabajo diario y que incluso antes del brote sus vidas ya se encontraban cuesta arriba.
Esta circunstancia es la que atraviesa Catalina García, una madre abnegada que carga con su hijo de 37 años de edad, a su espalda cada día, mientras ruega en las calles por algún tipo de ayuda para sobrevivir. Catalina vive en Lo de Fuentes, zona 11 de Mixco, en Guatemala con su hijo Gerónimo, quien sufre de discapacidad y no puede movilizarse ni defenderse por si mismo.
Motivo por el cual, se ha visto obligada a pedir ayuda en las calles del Centro Histórico de la ciudad, una actividad que ha hecho por años desde que perdió su empleo.
Esta mujer vive alquilada en un pequeño espacio, por lo que debe pagar mensualmente la cantidad de 800 quetzales (100 dólares), así que ni el confinamiento impuesto por el Covid-19 se le ha presentado como un obstáculo para salir cada día con Gerónimo a sus espaldas en busca de alguien que les regale dinero. “Me dedico a pedir mis centavos en los mercados y en la calle con mi hijo”, comenta Catalina García Pérez.
Lo primero que Catalina piensa en las mañanas es cuánto le falta para reunir el dinero del alquiler. La humilde mujer tiene miedo de tener que exponer a su hijo a las noches en la calle, así que decidió salir de nuevo a las avenidas de la ciudad a pesar de los riesgos que corre de contraer el virus. “Salí porque estamos encerrados allá y no nos llega ninguna ayuda. Yo lo que deseo es que me ayuden a tener un lugar dónde vivir”, agregó.
Con su mascarilla como medida de protección y una bandera blanca, Catalina sale junto a su hijo a hacerle frente a la vida. Algunas de las pocas personas que todavía transitan por la zona se conmueven, mientras que otras prefieren ser indiferentes ante su necesidad.
A pesar de cargar con el peso de su hijo, Catalina también lleva varias bolsas en las que guarda lo necesario para que Gerónimo pueda alimentarse e hidratarse durante el tiempo que debe estar expuesto junto a ella al inclemente sol. La mujer reveló que ha acudido a diversas oficinas gubernamentales, sin embargo, no han atendido su situación: “Vine a buscar ayuda con el presidente, pero dicen que no se encuentra y está cerrado”, dijo Catalina.
Mientras otros pueden guardar la cuarentena desde la comodidad de su hogar, esta madre y su hijo caminan por las calles para sobrevivir.
Más que nunca es necesario que demostremos la mejor parte de nuestra humanidad frente a estos tiempos difíciles. COMPARTE esta historia con tus amigos.