El mes pasado una familia de Wiethagen, una pequeña ciudad cercana a Rostock en el noreste de Alemania, enterraba a uno de sus miembros rodeados de amigos y familiares.
Como es tradición en dicho país, luego del funeral los invitados se trasladaron a una cafetería, donde la familia había encargado un aperitivo para recordar al difunto.
Los encargados del establecimiento sirvieron pastel y café a los presentes, tal y como se había ordenado. No obstante, minutos después algunas personas comenzaron a sentirse bastante mal, con náuseas y mareos. Incluso 12 invitados tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos por culpa de una intoxicación que la policía investigó.
Luego de analizar lo que los invitados habían comido y de preguntar a los empleados de la cafetería, la policía descubrió que lo que se había servido a los invitados no era un pastel normal, sino una torta de marihuana que había en el frigorífico del establecimiento y que la dueña del negocio confundió con la que se había encargado.
Los informes revelaron que el dueño había encargado a su hija de 18 años de edad, que hiciera un pastel para la familia del funeral. Ella lo hizo y la guardó en el frigorífico para que se conservara, sin embargo, al lado había otra similar que la misma hija había preparado para otra ocasión y que contenía marihuana.
La madre, al ir a servir el pastel, confundió ambas y dio a la familia el que contenía droga y que generó el malestar de varios invitados. Por fortuna, todos se recuperaron del incidente y la policía abrió una investigación sobre la adolescente de 18 años, quien se enfrenta ahora a los cargos. El incidente, solo se ha hecho público ahora por respeto a la familia del fallecido.
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