Pertenecía a casi todos los grupos de riesgo por los que el Covid-19 podría afectarlo gravemente: era hombre, tenía 86 años de edad y padecía 13 dolencias crónicas antes de contraer la enfermedad respiratoria.
No obstante, para sorpresa del personal sanitario, él se convirtió en una de las 300.000 personas recuperadas de Covid-19 hasta los momentos.
Ningún estudio clínico prueba, por ahora, la eficacia de un tratamiento contra el virus Covid-19, sin embargo, el sujeto se recuperó. La inesperada historia fue contada por cinco doctores de las ciudades chinas de Guangzhou y Wuhan, donde comenzó la pandemia el pasado mes de diciembre.
El trabajo, ya avalado por otros médicos, fue remitido a la revista científica de la Asociación Internacional para Estudios de Cáncer de Pulmón. Los autores cuentan que el anciano, cuya identidad no fue revelada, llegó al hospital el 22 de enero, luego de dos días de tos y fiebre (en torno a los 38ºC).
Sin embargo, las perspectivas no eran muy alentadoras para el paciente en el Hospital Universitario de Jianghan. El estudio más amplio efectuado sobre el nuevo coronavirus, con decenas de miles de infectados en China, el grupo con la tasa de mortalidad más alta era el de personas con 80 años o más: cada 15 de 100 pierden la vida.
Y para agravar las perspectivas, el paciente de 86 años de edad, presentaba otro factor de riesgo para el Covid-19: las llamadas comorbilidades, que debilitan todo el sistema inmunológico. Específicamente 13 de ellas. Por ejemplo: la hipertensión, diabetes, aterosclerosis cerebral, pancreatitis e insuficiencia renal.
En el caso de la diabetes y la hipertensión, son dolencias que debilitan los neutrófilos, el tipo de glóbulo blanco más numeroso en nuestro cuerpo y que actúa como primera línea de defensa ante amenazas como virus y bacterias.
Una tomografía también mostró señales que pueden ser asociadas a una neumonía en ambos pulmones. El diagnóstico de Covid-19 fue confirmado 7 días más tarde del ingreso del paciente en el hospital con el test que identifica la presencia del código genético del nuevo coronavirus.
En algunos casos de Covid-19, implica una cantidad desproporcionada de células en los pulmones que acaba obstruyendo las vías aéreas e impidiendo la transferencia de oxígeno para el flujo de sangre. Es como si los pulmones terminan inundados y sofocados.
Según los doctores, esa respuesta inmune ha sido una de las principales causas de muerte de pacientes (principalmente los jóvenes) de coronavirus.
Todavía se desconoce por qué algunas personas presentan esa: “tempestad de citocinas” y otras no.
El tratamiento para el paciente de 86 años descrito por los cinco doctores chinos incluyó una inyección en vena de inmunoglobulina, producida a partir del plasma sanguíneo de otros donantes y utilizada para fortalecer el sistema inmunológico.El tratamiento basado en anticuerpos de personas que han sido curadas, utilizado experimentalmente en China durante la pandemia, es una de las alternativas más prometedoras. El tema es que no hay certeza de si la mejora del paciente fue resultado de los medicamentos, sin embargo, unos días más tarde de la administración de este tratamiento cuádruple, la fiebre bajó y la inflamación en los pulmones también, según los médicos.
Por tanto, este caso aislado de curación del paciente de 86 años de edad con 13 comorbilidades no puede tomarse como prueba de que este enfoque funcione. Lo mismo aplica para casos de pacientes que vencieron la enfermedad luego de recibir otros medicamentos experimentales.
Ahora, no es posible comprobar si estos medicamentos fueron responsables de la mejora del paciente, o si el cuerpo ganó la batalla contra el virus por sí solo, sin embargo, toda esta información sirve como pistas que los investigadores pueden seguir.
Hay dos pistas principales dadas por la recuperación del paciente de 86 años de edad. Una es la posible efectividad de la llamada inmunización pasiva con transfusión de plasma sanguíneo, que toma anticuerpos de otras personas. La segunda es un posible camino en la batalla contra la “tempestad de citoquinas”, que ganó fama durante la gripe española entre los años 1918 y 1920, al matar a muchos jóvenes.
Randy Cron, especialista en la materia de la Universidad de Alabama en Birmingham, informó que esta respuesta inmune exagerada aparece en el 15% de las personas que luchan con infecciones graves. Sin embargo, aún no hay datos específicos sobre su incidencia en la pandemia actual de coronavirus.
Esta tempestad también es una de las hipótesis (aún por confirmar) para explicar por qué los niño pequeños no resultan tan afectados en la actual pandemia. En adultos en estado grave, una respuesta inmune exagerada parece hacer más daño que beneficio, causando una falla orgánica múltiple. Sin embargo, los niños, con un sistema inmunitario más inmaduro, parecen menos capaces de crear tempestades de citoquinas para combatir infecciones virales.
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