El fotógrafo Diego Huerta se encontró con los ojos más fascinante que nunca había visto en su vida.
La diversidad que existe en los pueblos originarios de todo el mundo es lo que los hace tan fascinantes y únicos, podemos encontrar una gama cultural tan interesante que siempre quedaremos sorprendidos. Esto le ocurrió al fotógrafo Diego Huerta quien recorriendo México se encontró un día con una hermosa niña llamada Adriana, ella representaba la belleza y la esencia de lo que él quería captar de este increíble país.
Diego se fascinó con su belleza.
Cuando este fotógrafo se encontró con ella, no dudó en retratarla y de ese momento ya han pasado seis años, por este motivo regresó a su pueblo, Copainala para reencontrarse con Adriana y cuando esto sucedió se sorprendió de ver que su belleza y su esencia seguía conservándose intacta.
La volvió a retratar con el mismo atuendo con el que la conoció.
Su belleza perdura con los años.
“Nunca fue el color, es lo que hay detrás, esa mirada. Nunca fue el color, siempre fue Adriana, la chica más bella de México”
-Diego Huerta en su sitio web
Diego Huerta
A esta chica que de hecho es sorda cuando la conoció la describió como “La niña más bella de México” pues era impactante ver la expresión y hermosura de sus ojos enmarcado por un rostro enigmático, una belleza singular que se compara a los paisajes que se encuentran por todos lados en ese lugar.
Diego aprovechó la ocasión para volver a retratarse con Adriana, pues ella significó mucho para su carrera como fotógrafo.
Indudablemente Adriana sigue portando una belleza impresionante.
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