La información llegó a los medios estadounidenses hace dos años, no obstante, poco a poco se han ido conociendo más detalles de este escabroso suceso.
Kenneth Douglas, un empleado de 60 años de edad de la morgue de Hamilton en Ohio, fue condenado por necrofilia luego de declarar que había mantenido relaciones sexuales con al menos 95 cadáveres.
En sus declaraciones, informó que había abusado de tres cuerpos de mujeres, sin embargo, había tenido sexo con un centenar de cadáveres. “Solo quería subirme encima de ellos y bajarme los pantalones”, declaró el sujeto.
Kenneth Douglas admitió que la mayoría de las veces estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. A pesar de eso, fue declarado culpable de “abuso flagrante” en los casos de tres chicas: Karen Range, que fue casi decapitada; Charlene Appling, que estaba embaraza de seis meses cuando perdió la vida al ser estrangulada; y April Hicks, que falleció luego de caer por una ventana de un tercer piso.
Tras esta resolución, los familiares de las víctimas demandaron al condado de Ohio por permitir que esto sucediera en una de sus instalaciones.
Desde la institución mantuvieron que no podían ser responsables de los actos de todos sus trabajadores.
No obstante, el Tribunal de Apelación ha decidido que fue “una imprudencia” no supervisar a Kenneth Douglas y que sus supervisores eran conscientes de lo que hacía.Esta demanda es la cuarta a la que se enfrenta este extrabajador de la morgue.
Una de las claves del caso ha sido el testimonio de su propia esposa. Ella misma llamó personalmente a la morgue para alertar de que su marido llegaba a casa con olor “a sexo y alcohol”. A pesar de su advertencia, la morgue le explicó que “pase lo que pase en la propiedad del condado es asunto del condado”.
¿Cómo es posible que hicieran caso omiso de las “actividades”, que realizaba el sujeto? Deja tu respuesta en los comentarios.