El sacerdote católico de Miami Alberto Cutié, desató un escándalo cuando fue visto en una revista de farándula acariciando y besando a una mujer en la playa, informó que no abandonará a su novia, sino que se cambia a la Iglesia Episcopal, que no lo obliga al celibato.
Alberto Cutié, de 40 años de edad, es uno de los sacerdotes hispanos más famosos de Estados Unidos, con programas televisivos y gran presencia en los medios, quedó en medio de un escándalo a principios de marzo por la aparición de fotos suyas en una revista de farándula en las que se lo ve colocando sus manos bajo el bikini de una mujer y besándola en la boca en una playa de Miami Beach.
El “padre Alberto”, como se lo conoce popularmente en Miami, decidió continuar la relación con la mujer, abandonar la Iglesia Católica y “convertirse en miembro de la Iglesia Episcopal donde continuará su sacerdocio”, informó.
Acompañado por su chica, y mostrándose por primera vez en público con ella, Cutié participó este jueves en una ceremonia de la Catedral de la Trinidad, en el centro de Miami, donde se produjo su ingreso formal a la Iglesia Episcopal.
“Agradezco a Dios por las personas que me dieron su cariño y apoyo”, dijo Cutié este jueves al anunciar su decisión. “Con el favor de Dios espero continuar mi servicio y ministerio sacerdotal en mi nueva casa espiritual”, comentó.
Se espera que el padre Alberto informe próximamente que se casará con su novia, Ruhama Canellis, de 35 años de edad, de origen guatemalteco, divorciada y madre de un adolescente.
El sacerdote, un crítico del celibato dentro de la Iglesia, reconoció desde el primer instante sus escapadas amorosas y había sido “licenciado” temporalmente por el arzobispado de Miami de la parroquia que dirigía en Miami Beach.
En una entrevista, el padre indicó que estaba “enamorado y ella de mí (…) Nunca dejé de ser hombre cuando me hice cura, y Dios me hizo hombre antes de hacerme cura. No me arrepiento de haberme enamorado”, comentó.
El escándalo del párroco Alberto, volvió a instalar en la opinión pública el debate sobre los supuestos inconvenientes que genera el celibato dentro de la Iglesia católica. Desde el año 2002, la Iglesia estadounidense se vio salpicada en miles de denuncias de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes católicos.