Naim Vera, de 19 años de edad, hijo de un reconocido doctor del barrio, deambulaba con la camioneta de su padre por las calles de la capital de Catamarca el domingo pasado en las primeras horas de la mañana.
Luego de un rápido recorrido en círculos, llegó hasta la casa de su mejor amigo. Le tocó el timbre y le dijo: “Arruiné todo. Maté a Brenda”.
Hablaba de su novia, Brenda Micaela Gordillo, de 25 años de edad. La asesinó tres horas antes de hablar con su amigo. Del otro lado, el joven que lo escuchaba no le creyó o no entendió el significado de esas palabras y le pidió que se vaya.
Todo ocurrió antes de que Vera llamara a su padre y a un abogado y les confesara que había cometido uno de los asesinatos más horribles de la provincia, asfixiando a Brenda con un pañuelo insertado en su boca de acuerdo a los resultados de la autopsia y quemando sus restos en una parrilla para luego esparcir las partes del cuerpo quemado en distintos sitios.
El sábado, Vera se comunicó con Brenda y la invitó al departamento de su abuela ubicado en la calle Ayacucho al 68. El inmueble estaba deshabitado, pero el joven tenía las llaves. Ella llegó en su Volkswagen Gol cerca de la medianoche. Alrededor de las 3 AM, algo pasó. La Justicia todavía no puede determinar si existió alguna discusión o pelea entre ambos.
Con sobre el cadáver de Brenda, el hijo del doctor encendió la parrilla del balcón del departamento. No desmembró el cuerpo con un cuchillo como trascendió en principio apenas se conoció la noticia, sino que colocó el cuerpo entero. Las llamas y el espeso humo despertó a una vecina que se asomó por la ventana, pero no le dio importancia y siguió durmiendo.
Horas después, esa vecina se convertiría en una testigo fundamental.
La cámara de vigilancia ubicada en la puerta del edificio muestra cómo cerca de las 4:30 Naim salió del inmueble con una bolsa al hombro. Adentro estaba la parte inferior del cuerpo de Brenda. Tiró la bolsa en el contenedor que está en frente al edificio y volvió a entrar. El resto del cuerpo, lo puso en una caja y lo colocó en la parte trasera de la camioneta su padre y se fue.
El femicida condujo unos 20 kilómetros hasta una zona llamada La Quebrada en las afueras de la ciudad. Allí se detuvo, se escabulló en el campo con los restos de la joven y los enterró. Una cámara de seguridad ubicada en la ruta tomó el momento en el cual pasaba con el auto.
Cerca de las 7 AM, Vera finalmente tomó la decisión de ir a ver a su amigo. El chico, fue uno de los pocos en tener contacto con el asesino luego del crimen.
Luego del contacto con su amigo, Vera fue a la casa de sus padres. Una vez en la casa familiar, que queda a la vuelta del departamento que se convirtió en la escena del horror, Naim Vera le relató a su familia lo que había hecho. Llamaron a un abogado cercano a ellos y decidieron finalmente entregarlo a la Policía provincial.
En la comisaría, el femicida dio su versión de los hechos ante los policías. Pero, además, intentó mentirles. Les dijo que la víctima se había caído de las escaleras y que había descartado el cuerpo por miedo a que lo inculpen. Esta versión quedó totalmente descartada en la autopsia que se le practicó al cuerpo de Brenda.
El estudio habla claramente de una asfixia y de ausencia de golpes. Solo dijo la verdad sobre los lugares dónde había desechado el cuerpo.
Varios amigos del implicado, comentaron sobre un falso embarazo que decía tener Brenda, aunque hasta el momento los investigadores no pudieron comprobarlo fehacientemente, ya que por ahora no se encontraron ninguno de los teléfonos. El joven detenido no tenía un teléfono operativo porque, según contó, se le había roto y el de Brenda no aparece.
La autopsia reveló que la víctima tenía un quiste en el útero que le impedía tener hijos. El mismo examen al cuerpo señala que, si bien no tiene golpes ni traumatismos, sí existen lesiones defensivas como arañazos o raspones. Trató de defenderse como pudo.
El acusado deberá ser investigado. En las próximas horas se realizará otra medida de prueba que será fundamental: la rueda de reconocimiento. En ella participarán los dos policías del puesto de control sobre la ruta y la vecina que se despertó aquella madrugada producto del espeso humo que salía de la parrilla.
Brenda fue reconocida por la ropa que llevaba y por un colgante que adornaba su cuello y que quedó intacto a pesar de todo.
No olvides dejar tu opinión sobre esta terrible historia. ¡No queremos que se repita! Fuerza para toda la familia de Brenda, que en paz descanse.