El amor es una cosa hermosa.
Pero es extraño cómo algunas personas eligen expresar su afecto. Aparentemente, con solo 19 años, Julie fue encerrada en un manicomio. Pero era evidente que ella no estaba loca. ¡No! Era una mujer de carácter noble y buen juicio. En realidad, el único error que cometió fue quedar embarazada. Sus padres no querían arruinar su reputación y optaron por enviarla a un hospital psiquiátrico.
Durante el verano, Julie se enamoró de Frank Von Zerneck. Con solo 23 años, Frank había logrado mucho en la industria del entretenimiento.
Como sus padres también eran actores, prácticamente se puso a trabajar dentro y fuera del escenario. Por lo tanto, su actitud encantadora y su arduo trabajo atrajeron a Julie. Su amor fue mutuo y creció inmensamente con cada día. Y justo cuando el verano estaba llegando a su fin, Julie se dio cuenta de que estaba muy embarazada.
¡Pero había un problema!
Su encantador príncipe ya estaba casado. Ella estaba perdida, pero decidió seguir con el embarazo y viajó de regresó a casa; sus padres notaron que algo andaba mal con su hija y, después de investigar, se enteraron que Julie estaba embarazada.
En esa época, tener un hijo fuera del matrimonio era abominable. ¡Un pecado imperdonable! Por lo tanto, consultaron con el médico de familia que diagnosticó a Julie con depresión extrema. De esta forma podrían realizar un aborto legalmente.
En 1963, el aborto estaba prohibido, y la única forma en que podía realizarse, era ser declarado loco.
Cuando Julie entró en la habitación lúgubre y diminuta, no pudo evitar derramar lágrimas. Esta vez no fueron lágrimas de alegría. ¡No! En cambio, lloró de ira y odio. No podía creer que sus padres tuvieran las agallas de alejarla de todo aún cuando ella rechazó el aborto.
“¿Qué tan humano es matar a un niño inocente, todo en nombre de preservar la reputación?” Día y noche gritaba y gritaba: “No estoy loca”, pero no había nadie cerca para salvarla. Aparentemente, las enfermeras pensaban que además de loca, estaba enojada.
Cuando los días se convirtieron en meses, ella comenzó a cuestionar su cordura. Probablemente, fue por soledad y por el hecho de que estaba rodeada de locos.
Para mantener su sanidad, pensaba en su bebé y en los rasgos que heredaría de ella o su padre. Ella quería construir una familia para su angelito. Pero, ¿era posible detrás de esta jaula?
Era un sueño, y su hija era su única salida.
Era evidente que sus padres ya no estaban interesados en ella como hija. Nunca nadie vino a visitarla. Las únicas personas a quienes les importaba eran los médicos deshonestos que acudían a buscar la aprobación del proceso de aborto. Pero a pesar de su persuasión constante, Julie no aceptó. Estaba lista para perder todo por el bien de su hijo. Todos los días su respuesta era clara: “¡no!”
Afortunadamente, después de permanecer encerrada durante 6 meses, su bebé decidió llegar. Pero sus padres no podían dejar que se quedara con el bebé.
Por eso decidió entregarla en adopción.
Fue doloroso ver a su hija partir. Pero Julie se alegró de haber decidido mantenerla con vida. Luego de que todo pasara, parecía que era libre de irse a casa. Al llegar, fue recibida por familiares y amigos que fueron invitados a una fiesta de bienvenida. Para su absoluta incredulidad, sus padres mintieron, diciendo que regresaba de un viaje en África.
A penas tuvo la oportunidad, Julie persiguió sus sueños y se mudó a Nueva York como actriz.
Durante su estancia se encuentra con Frank. Reavivaron su amor y tiempo después se casaron. Aparentemente, después de que Frank se enteró de las calamidades de Julie, se divorció de su esposa e intentó buscar al amor de su vida. ¡Pero todo fue en vano! Aparentemente, cada vez que enviaba una carta a Julie, sus planes eran frustrados por sus padres. Julie nunca recibió ninguna carta.
Tras la boda, Julie fue desheredada por sus padres porque se casó con un hombre que no tenía aprobación.
Pero esta era la menor de sus preocupaciones. Julie sintió que no les debía una explicación o una disculpa. Por fin había encontrado la felicidad. Sin embargo, todavía faltaba una cosa en su vida: Aimee, su adorable hija.
Aparentemente, después de que Aimee fue dada en adopción, su nombre fue cambiado a Kathleen Marie Wisler. Después de que sus padres murieran, ella se enteró de que había sido adoptada, y decidió encontrar a sus verdaderos padres. Kathleen pensaba que su corazón encontraría paz al saber la verdad.
Afortunadamente, pudo localizar a Julie y Frank. Instintivamente, ella les escribió una carta, y en pocos días, sus verdaderos padres llamaron.
¡Fue una reunión emocional!
Todos estuvieron llorando por teléfono. Y gracias a los avances tecnológicos, se volvieron a conectar a través de Skype e intercambiaron fotos. Hasta que decidieron reunirse en persona.
Finalmente, el rompecabezas se resolvió y, al igual que los cuentos de hadas; Julie, Frank y Kathleen vivieron felices, juntos.
¡COMPARTE y comenta esta conmovedora historia! El mundo merece saber que este tipo de vueltas del destino si suceden. Nunca hay que perder la esperanza.