Si nos detenemos unos segundos a mirar el retrato del pug inglés de Thomas Gainsborough, podemos captar algo que ha estado en la literatura y la investigación genética de los últimos años.
Ya está más que confirmado que estos perros desarrollaron su forma actual en Europa. ¿Cómo es posible? La verdad es que las arrugas en la cara y los problemas respiratorios que estas adorables criaturas suelen tener son un problema moderno que sus antepasados nunca experimentaron.
A continuación, explicamos qué sucedió y cuánto la mano humana ha afectado en este proceso:
Una vez en el viejo continente, los pugs ganaron una inmensa popularidad en la República danesa. No se sabe si fueron importados de China, pero no hay duda de que estuvieron muy presentes en esta región ya en el siglo XVII.
Como los viajes fueron muy tediosos y peligrosos en ese momento, es bastante extraño que el estado danés o algún otro trajeran a todos estos perros del este. Lo más probable es que fueran pocos los perros que importaron y luego los aumentaron al mezclarlos con otra raza nativa de Europa.
Llegado el momento, eldanés se convirtió en el perro del rey Guillermo III de Inglaterra e Irlanda. Este hecho, que parece no influir en nuestra historia, será una de las claves para la evolución de estos cánidos de cara plana, pues los británicos se volvieron locos por ellos debido a esta proclamación.
Después del ascenso de Guillermo al trono, los pugs se convirtieron en un animal de moda. Incluso fueron considerados el mejor regalo para bebés. Todos querían uno.
En este momento, el cruce con terriers y otras razas más pequeñas comenzó a ganar popularidad en el Reino Unido. De esta manera, los pugs se fueron separando cada vez más de sus antepasados de origen chino y se extendieron desde los Países Bajos a toda Europa, donde siguieron mezclando razas en los criaderos para vender más.
Los belgas los cruzaron con el Grifón de Bruselas y en Alemania lo mezclaron con los Pinscher miniatura. Como puede ver, el pug original ha sufrido innumerables cambios genéticos en un período de tiempo relativamente corto, todos artificiales y forzados por los humanos.
No está del todo claro en qué punto de la historia apareció el pug moderno, aunque no es descabellado creer que casi todos ellos descienden de las versiones del inglés.
Con el objetivo de preservar formas y aspectos más elegantes y hermosos, los constantes cambios y cruces introducidos en esta raza durante siglos han llevado a estos hermosos seres vivos a sufrir problemas de salud desde el momento de su nacimiento.
Entre ellos encontramos problemas respiratorios (no es difícil escuchar cómo roncan), no tienen buena vista y a menudo tienen complicaciones en la cadera debido a su genética. Debido al cruce constante y artificial, estos pequeños perritos tienen un cuerpo desproporcionado: una nariz muy pequeña y hundida, una mandíbula reducida y patas demasiado cortas.