Algunos hábitos de los gatos son completamente inexplicables y, debido a ello, a veces parece que estos felinos astutos nos quieren hacer alguna trastada o bien les acaba pasando algo del todo desconocido. Pero resulta que la mayoría de sus acciones esconden una razón. En este artículo, te explicaremos por qué, por ejemplo, los gatos sacan la comida de su cuenco y la dejan en el suelo, beben agua del grifo o del inodoro y nos traen sus presas.
Smalljoys te cuenta hoy sobre las acciones más incomprensibles de los gatos y las causas que las provocan.
1. Sacan la comida de su recipiente al suelo
Esto responde al hecho de que las vibrisas (“bigotes”) de los gatos tocan los bordes del cuenco. Y dado que estos tienen una gran cantidad de terminaciones nerviosas, a los gatos esto no les gusta nada. También, otra razón puede ser el hecho de que cerca de la comida se encuentra un recipiente con agua y los gatos evitan diligentemente que cualquier cosa caiga sobre esta.
2. Llevan sus presas a sus amos
A muchos les resultará familiar la situación en la que el gato trae a casa su presa. En este caso, algunos traen ratones, otros pájaros y, bueno, también están los que comparten las cosas más inusuales. En general, este instinto en los animales se desarrolla para que puedan enseñar a sus crías a atrapar presas. En el caso de que el animal no tenga hijos, pero el instinto se haga notar, transmitirá esto a su amo, tratando de “enseñarle” a cazar.
3. Beben del grifo e incluso del inodoro
El agua corriente para los gatos es más atractiva porque evitan instintivamente la estancada, ya que puede no ser tan limpia y fresca como la que fluye del grifo. También puede ser que al gato simplemente no le guste beber de un cuenco, bien porque sea demasiado pequeño o albergue ciertos olores extraños o, tal vez, porque esté ubicado demasiado cerca de la comida (especialmente pasa con los cuencos de plástico, ya que absorben rápidamente los olores extraños).
4. Raspan el suelo, cerca de su bandeja sanitaria
Si observas que tu gato, después de ir al baño, está rascando activamente el suelo fuera del arenero y no dentro, lo más probable es que se sienta incómodo: la bandeja puede ser demasiado pequeña o bien necesita más cantidad de arena. O quizás, el fondo de la bandeja esté cubierto con una rejilla especial, lo cual supone una molestia para el gato. Si es así, sus acciones son más que comprensibles, porque nadie puede renunciar a sus instintos.
5. Afilan sus uñas
Si crees que los gatos arruinan los muebles y las alfombras con sus uñas sin razón alguna, estás muy equivocado. Afilar sus uñas es un procedimiento muy importante para cualquier felino. Lo hacen para asegurarse de que la capa córnea de la uña se regenere constantemente. Hacerlo, con sus patas delanteras, para un gato, resulta fácil, mientras que con las traseras no tanto, así que no te sorprendas si ves a tu mascota mordérselas.
6. Se esconden cuando están enfermos
El síntoma más común de que un gato está enfermo es que comienza a esconderse en un lugar tranquilo y apartado. De esta manera, el animal trata de sentirse menos vulnerable y es poco probable que le aporte alegría si decides sacarlo de su “refugio” y tenerlo entre tus brazos. En este tipo de casos, la mejor opción sería llevar al gato al veterinario.
7. Sacan la lengua
En realidad, las razones aquí pueden ser cuanto menos diferentes. Por ejemplo, el gato simplemente se lamió y se olvidó de esconder la lengua. También esto puede suceder mientras duerme, cuando la mandíbula está demasiado relajada. Pero si el gato tiene la lengua fuera, esto puede indicar que sufre de alguna patología asociada a una mordedura anormal, o bien un trauma e incluso problemas respiratorios.
8. Se frotan contra una persona
A menudo, haciendo esto, los gatos muestran su amabilidad hacia una persona. Cuando tu gato se frota contra tu pierna o la “empuja” con su hocico, debes saber que es una señal muy positiva. Además, el gato así puede saludar a su amo o a la persona que vino a casa. Tal vez, recurriendo a esta manera tan peculiar, quiera obtener información adicional sobre la persona: por ejemplo, de dónde vino y si tiene alguna mascota.
9. No les gusta bañarse
No es ningún secreto que la mayoría de los gatos tienen miedo al agua como lo tienen al fuego, excepto a la que beben. Todo esto responde a diversas explicaciones, una podría ser que no saben o no les gusta nadar. Y otra que, después de mojarse, pueden resfriarse, ya que durante el baño se moja también su capa interna, lo que les ayuda a aguantar el frío y a no sobrecalentarse cuando hace calor. Por lo tanto, no es necesario insistir con un gato en bañarlo si este evita el agua de forma activa.
10. Mastican hierba
Resulta que a los gatos les encanta masticar hierba, pero no por las vitaminas que contiene y no porque quieran “vitaminizarse” con ella. La cuestión parte de la base de que los felinos tratan de limpiar su tracto digestivo de su propio pelo, el cual, entra mientras se lamen, así como de las partículas de una presa que no son capaces de digerir. Pero tienes que estar atento a qué tipo de hierba come tu mascota, dado que algunas plantas pueden ser peligrosas para ellos.
11. Tiran las cosas de las mesas y estanterías
Si tu gato, constantemente tira tus cosas al suelo, quita todo de los estantes, eso no siempre significa que sea simplemente malvado y se porta mal. De esta manera, el gato muestra sus instintos propios de un depredador que entrena sus habilidades de caza. Tal “juego con la presa” supone un comportamiento felino habitual durante la caza.
12. Miran como si hubieran visto algo extraño cuando en realidad no hay nada allí
Cada dueño de un gato, al menos, una vez en su vida, presenció ese momento en que su mascota empezaba a fijar su mirada en un punto como si hubiera visto algo increíble allí, cuanto menos, a un fantasma. A veces, a consecuencia de esta imagen, más de una persona acaba con los pelos de punta. Pero resulta que todo esto se explica por las peculiaridades de su visión: los gatos tienen una visión ultravioleta (es decir, ven lo que los humanos no pueden ver) y, además, gozan de un oído muy agudo. Por lo tanto, a menudo, su mirada puede contemplar algo que una persona simplemente no percibe, o bien, básicamente, tratan de entender de dónde proviene uno u otro sonido, que tú ni tan siquiera eres capaz de oír.
Por supuesto, todo esto no quiere decir que cada gato albergue estos hábitos: por ejemplo, algunos felinos pueden comportarse de una manera totalmente contraria. No en vano, a los principales hábitos gatunos, se puede encontrar una explicación científica.
¿Qué extraños hábitos tienen tus mascotas?
Bonus: 10 Cosas que no les gustan a los perros pero que seguimos haciendo
1. Abrazarlo
En el trascurso de ciertas investigaciones se descubrió que, al momento de abrazarlos, un 81,6 % de los perros mostraban al menos un signo de estrés o ansiedad, a un 7,6 % les gustó y un 10,8 % reaccionaron neutralmente. Los principales indicadores de estrés fueron orejas bajas, mirada triste (se puede ver el blanco de los ojos) o, por el contrario, ojos cerrados y cabeza girada hacia un lado para evitar el contacto visual con la persona que lo abraza. Así que, la próxima vez que decidas hacer esto, observa la reacción de tu mascota.
2. Tocarle el hocico
Por lo general, los perros asocian cualquier acción desde arriba como un signo de amenaza. Si notas que tu amigo de cuatro patas retrocede, dándote la espalda y tratando de evitar tales caricias, deja de hacer lo que sea que estés haciendo. Esa es su forma de demostrarte su disgusto. Además, puede comenzar a defenderse y morderte.
3. Apresurarlo durante los paseos
Durante un paseo, el perro, además de hacer sus necesidades, también explora el mundo que lo rodea y conoce a sus representantes, es decir, socializa. Una gran ventaja de salir es el poder jugar y ejercitarse al aire libre con su amado dueño, algo que casi nunca puede hacer en casa. Por lo tanto, deja que disfrute de la caminata y no lo hagas volver a su hogar después de 5 minutos al aire libre.
4. Olvidarse de adiestrarlo
Todos, incluso las personas, necesitan un sistema de reglas que seguir para que no haya caos. En el caso de los gatos, todo está más o menos claro, ya que son criaturas que actúan por sí solas. Sin embargo, no podemos decir lo mismo sobre los perros. Definitivamente necesitan adiestramiento y reglas que no se pueden violar, de lo contrario, te arriesgas a tener una mascota mimada y perezosa que se comerá hasta el último par de tus zapatos. Por ejemplo, deben responder a su nombre y conocer ciertas órdenes como “siéntate”, “ven aquí”, “quieto”, “espera” y “suelta”. Durante el adiestramiento, el dueño:
- Construye una relación sana y positiva con su perro.
- Le enseña cómo comportarse en la sociedad y reaccionar a los demás.
- Aumenta el nivel de sociabilidad del perro.
- Le proporciona una cantidad suficiente de ejercicio para mantener el tono corporal y la descarga emocional.
5. Gritarle
Por supuesto, a veces no puedes quedarte callado, porque en el centro de la sala de nuevo apareció un charco de orina. Pero los gritos no ayudan a lograr que tu perro te obedezca. Si subes la voz durante su entrenamiento, la mascota puede confundir su educación con un castigo. Por lo tanto, si hizo algo malo, deberías pensar que tal vez estaba aburrido o te perdiste un par de lecciones de adiestramiento. En lugar de reprenderlo, conversa con él manteniendo un tono estricto.
6. Vestirlo durante la temporada de calor
Durante la temporada de frío, debes asegurarte de que tu mascota no se enferme y esté bien abrigada. Pero no compres todos los atuendos para perros del mismo color de tu bolso o abrigo que encuentres. Después de todo, gracias al pelaje, el animal regula la temperatura de su cuerpo. Si aun así decides vestir a tu can, asegúrate de que no se quede atrapado en su ropa y no se sobrecaliente.
7. Asustarlo con sonidos fuertes
El miedo es el gran problema de todos los perros. Algunos incluso nacen con una predisposición genética a este sentimiento. Si no están acostumbrados a ciertos sonidos desde la infancia, estos pueden convertirse en un trauma psicológico que solo puede ser tratado por un especialista calificado. Estos sonidos incluyen los ruidos producidos por una tostadora o microondas, fuegos artificiales, una aspiradora en funcionamiento o una secadora de pelo, etc. Si tu amigo de cuatro patas se asusta, entonces debes distraerlo de ese sonido con una golosina, y luego enseñarle que ese ruido no conlleva ningún peligro.
8. Hacerlo jugar con tus amigos que no le caen bien
No importa cuán buenos y amables, a tu parecer, sean tus amigos, puede que no le gusten a tu mascota. En este caso, no lo obligues a darles la pata y a tolerar las caricias. El perro tratará de protegerse a sí mismo y de protegerte a ti de un posible peligro, incluso si no hay amenaza. Por lo tanto, al estar entre gente desconocida, presta atención a si se esconde detrás de ti, gruñe o simplemente se da la vuelta y tolera cuando alguien lo toca.
9. Provocarlo por diversión
Al principio, el perro puede percibir tus provocaciones como un juego, pero con el tiempo entenderá que no es así. Por ejemplo, si sueles llamarlo para darle algo, pero no le das nada o simplemente tiras de su cola porque te parece divertido ver cómo se defiende, o simplemente te ríes de él, puedes perder la confianza del perro y, posteriormente, tu autoridad de dueño.
10. Permitirle estar en lugares con olores fuertes
El perro es capaz de memorizar y distinguir alrededor de 1 millón de olores, incluso a grandes distancias. Por lo tanto, debes tratar con cuidado esta maravillosa habilidad de tu mascota. Deberías saber que algunos olores pueden incluso dañar su olfato o causar alteraciones en su sistema nervioso. Cuando limpias tu departamento con productos que contienen cloro o usas un perfume, primero lleva a tu compañero de cuatro patas a otra habitación y dale su juguete o golosina favorita para evitar que se aburra.
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