Los avances científicos surgen tan rápido que no tienen tiempo de anclarse en la mente de las masas, por lo que cualquier tema comienza a ser rodeado de mitos e inventos. La ecología tampoco pudo escapar de este destino. Con toda su voluntad de hacer sus vidas más “limpias”, las personas muchas veces se olvidan de algunos detalles o hasta malinterpretan tal o cual creencia popular. Hoy hemos elegido algunos datos conocidos sobre el medio ambiente, cuya otra cara mucha gente probablemente no sabía.
Smalljoys cree que no es necesario liderar las filas “verdes” para respetar el medio ambiente y ser un partidario del desarrollo sostenible. Es suficiente con abordar de manera consciente la elección de la calidad de tu vida y la de tus seres queridos.
1. Pensamos que al dejar de consumir carne se reducen las emisiones de carbono
No se puede discutir con el hecho de que la producción de los alimentos cárnicos deja una huella de carbono mucho mayor en la atmósfera que la producción de los vegetales. Por eso es lógico que el vegetarianismo tenga un buen potencial ecológico. Sin embargo, la fabricación de algunos productos lácteos es incluso más “intensiva en carbono” que la carne.
Si has limitado tu consumo de productos animales, pero al mismo tiempo comes muchos lácteos, desde un punto de vista ambiental, la diferencia que haces es casi nula. La manera más efectiva de cuidar el planeta mediante una dieta es volverse vegano. O al menos intentarlo honestamente y puedes seguir cuentas de Instagram en español como la de @vegan_nia para buenos consejos y recetas saludables.
2. Pensamos que no es bueno hervir el agua seguido
La huella de carbono de tu taza de té o café no solo se determina por la cantidad de agua hervida, sino también el tipo de hervidor que utilizas. Los eléctricas calientan el agua más rápido, pero la electricidad que necesitan produce casi 3 veces más gases de efecto invernadero por unidad de calor que la quema de gas en condiciones caseras. Si quieres cuidar a la madre naturaleza, usa un hervidor apto para una estufa de gas.
3. Pensamos que usar productos de limpieza ecológicos es mejor
Los detergentes respetuosos con el medio ambiente realmente contienen ingredientes naturales de rápida descomposición y baja toxicidad que reemplazan al material sintético duro. Sin embargo,la influencia más significativa sobre el cambio climático no está principalmente en la composición del polvo o el gel, sino en el calentamiento del agua. Si eliges un producto ecológico que sea efectivo en lavados a baja temperatura, entonces maravilloso, de lo contrario, sería mejor darle preferencia a un polvo de lavar más potente que tener que aumentar la temperatura.
4. Pensamos que comprando productos locales, protegemos el medio ambiente
El transporte de carga es uno de los factores que afectan negativamente el estado ecológico del medio ambiente y será tanto más fuerte cuanto más larga sea la distancia. Por lo tanto, la compra de alimentos y otros bienes similares locales en lugar de los importados parece ambientalmente racional.
Por desgracia, “lo local” no siempre significa “lo mejor” en todos los sentidos de la palabra. De la región no solo depende la calidad directa del producto, sino también su valor ecológico.Por ejemplo, un estudio demostró que las flores cultivadas en la remota pero soleada Kenia dejan una huella de carbono más baja que las cultivadas en los invernaderos con calefacción holandeses. La duración del transporte es importante, pero no es el único factor que debe tenerse en cuenta al elegir un producto.
5. Pensamos que los pañales reutilizables benefician a nuestro planeta
Los pañales desechables obstruyen los vertederos que ya están abarrotados, y su producción requiere de una considerable cantidad de petróleo. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental cree que los más peligrosos en condiciones de calentamiento global son los pañales reutilizables. Seguramente ya habrás adivinado que, una vez más, tiene que ver con una gran cantidad de lavado a alta temperatura, a la que muchas veces también se agrega el secado, y luego el planchado. Con lo cual sería mejor darles preferencia a los pañales desechables, o abandonar el secado a máquina y el planchado.
6. Pensamos que cada artículo usado se procesa en otro idéntico
Usamos algo, luego lo desechamos, se recicla y renace como algo nuevo y similar. Todo es simple y… completamente falso.
Por ejemplo, una botella no solo es plástico puro. También es la etiqueta, el pegamento, los residuos de colorantes, aditivos y saliva. Cuando se procesa la mezcla de todos estos componentes, se obtiene un material de calidad mucho más bajo, que solo sirve para productos como, por ejemplo, una alfombra de plástico. O servilletas baratas en el caso del reciclado de papel. Nos guste o no, pero para crear algo nuevo, hacen falta materiales naturales intactos.
7. Pensamos que los paneles solares son la solución perfecta para la crisis energética
Parece que la energía solar es la más ecológica de todas, porque es natural y fácilmente renovable. Eso es cierto, sin embargo, en este caso, la parte negativa es su efecto perjudicial sobre la fauna y la flora cuando se trata de campos de instalación a gran escala. Las aves literalmente se queman vivas cuando vuelan sobre los paneles solares, y las células fotoeléctricas tóxicas contenidas en los paneles envenenan la vida de otros animales y plantas.
Además, su producción difícilmente pueda considerarse limpia: está acompañada por una emisión de carbono tan poderosa que prácticamente cancela el subsiguiente uso “ecológico” de los paneles.
8. Pensamos que el calentamiento global suprime el invierno
Algunos creen que si todavía ocurren los inviernos severos, entonces el calentamiento global es simplemente un mito o es muy exagerado por los medios de comunicación. Esta idea falsa es causada, en primer lugar, por una falta de comprensión de los procesos naturales, y en segundo lugar, por un término mal elegido. Cada vez más científicos están tratando de usar la expresión “cambio climático” para no causar confusión.
Un aumento de la temperatura, aunque sea leve, no significa en absoluto que pronto podrás plantar palmeras en tu jardín. Una consecuencia mucho más realista es un aumento en la evaporación de los océanos del mundo, que conducirá a un aumento del agua en la atmósfera, que podrá caer sobre nosotros en forma de la misma nieve aún más abundante que nunca. Mientras que el derretimiento de los hielos del Ártico y el cambio en la formación de las corrientes de aire están directamente relacionados con el endurecimiento de las heladas.
9. Pensamos que los biocombustibles resolverán los problemas de la contaminación del aire
A pesar del prometedor prefijo “bio”, el combustible vegetal no es tan seguro ni beneficioso para el medio ambiente. Por ejemplo, el cultivo de la soja o del maíz destruye el suelo, contamina el agua subterránea, requiere una gran cantidad de pesticidas, fertilizantes y un proceso de recolección y procesamiento que consume energía. Estas fallas técnicas prácticamente anulan sus beneficios climáticos y su innovación.
10. Pensamos que el desarrollo sostenible bajará nuestra calidad de vida
Esto no es del todo cierto, asegura Paul Hawken, un ambientalista y activista estadounidense. Un enfoque equilibrado de nuestra propia vida y de la vida de nuestro planeta nos permitirá alcanzar tasas significativamente más altas de producción de recursos y, por lo tanto, nos hará más prósperos, alimentados, vestidos y protegidos. El desarrollo sostenible no solo mejorará la calidad de nuestra vida, sino que también tiene todas las posibilidades de convertirse en un poderoso motor económico.
Conclusión: pensamos que si seguimos haciendo lo mismo, nos espera un apocalipsis ecológico
Todos hemos oído este pronóstico sombrío, y gracias a la ciencia ficción, hasta pudimos imaginárnoslos con todo detalle. En realidad, la naturaleza es adaptativa e inventiva, y hasta en el caso de una extinción masiva, con una alta probabilidad, las especies biológicas eventualmente se recuperarán o se formarán de una nueva manera.
Esta no es una razón para dejar de esforzarse por el planeta. Es una razón para entender que se trata principalmente de la calidad de tu propia vida. La verdadera consecuencia de la contaminación y del consumo irreflexivo puede ser un mundo aburrido y escaso que requerirá esfuerzos tremendos en la lucha por la salud, y el aire, los vegetales y el agua limpios solo estarán disponibles para las personas muy ricas. Por supuesto que no será el fin de la humanidad o de la vida en general. Pero difícilmente será un mundo en el que cualquiera de nosotros quiera vivir.
¿Haces algo para proteger el medio ambiente? Comparte tus métodos con nosotros en los comentarios.
Bonus: Recuerda estos 15 tips de cocineros profesionales que solo se cuentan en las escuelas de gastronomía
1. Un filete perfecto
Nunca pongas a freír la carne que recién has sacado del refrigerador. Déjala reposar durante 2 o 3 horas a una temperatura ambiente, esto hará que se derrita y al momento que la pongas a freír lo hará de una manera uniforme. Gracias a esto obtendremos un filete perfecto, sin importar el término de tu preferencia. Ahora bien, si deseas una corteza como la que se muestra en la imagen es necesario remojarla con una servilleta antes de freírla.
2. Una carne más jugosa
El pollo o el puerco tardan bastante en freír, pero son fáciles de resecar si no los dejamos el tiempo adecuado. Para evitarlo, los cocineros modernos utilizan un método muy astuto: remojar en salmuera. La receta es sencilla: en un litro de agua hay que añadir 1/4 de taza de sal y según su deseo puede ser 1/2 taza de azúcar. A continuación sumerge la carne y posteriormente colócala dentro del refrigerador.
El tiempo de reposo depende del peso del producto. Por ejemplo, puedes dejarlo durante una hora si el producto pesa un kilo, pero no tiene que superar más de 8 horas. Asimismo, si se trata de pedacitos pequeños tales como muslos de pollo, entonces el tiempo se calcula basándose en el peso promedio de cada trozo. Antes de preparar, no olvides quitar el sobrante de la sal colocada en la carne.
3. Hierbas aromáticas y especias
Para que las especias tales como la pimienta negra o el comino den un sabor único al platillo, es necesario calentarlas en un sartén seco y luego triturarlas. Es mejor hacerlo en un mortero de piedra, ya que no perderá ni una gota del maravilloso aroma. Intenta reemplazar la pimienta molida por bolas, desmenúzala, agrégala al platillo y notarás que miles de matices se adquirirán al sabor acostumbrado.
4. Una suave cocción
Para preparar una masa ideal con mantequilla, sigue simplemente una sola regla: deja reposar la mantequilla y los huevos a una temperatura ambiente.
5. Un crujiente pescado frito
Para obtener un crujiente pescado frito que asarás en la parrilla, pon un poco de mayonesa al filete. Para hacerlo, toma una brocha de cocina, sumérgela en la mayonesa y con unos movimientos rápidos aplícala al pescado. A continuación sala la carne y cólocala sobre la parrilla sin miedo. Un crujiente pesacado frito está garantizado.
Algo más. Ásalo con muy pocas especias, es mejor utilizar únicamente sal y al final salpicar con un poco de jugo de limón.
6. Un filete sin aceite
Uno de los más famosos cocineros del mundo, Alain Ducasse, compartió su secreto para la preparación de un delicioso filete. Al freír, primero pon al sartén el pedazo de la carne que tiene la capa grasosa. No sólo hará la carne más rica, sino que también te evita la necesidad de usar cualquier otro tipo de aceite de cocina.
7. Un puré de papa suave
Antes de convertir la papa cocida en puré, hay que secarla con cuidado. Para esto colócala en un sartén seco y caliente, mantenla hasta que se evapore el resto del agua. Es importante que el tubérculo no se fría. Y sólo después empieza a preparar el puré, así obtendrás un platillo exquisito y suave.
Un pequeño secreto: para que la leche no te salpique, antes de vertir el líquido aplasta un poco las papas.
8. Una crema de verduras exquisita.
Antes de cocinar una crema de verduras, fríe por separado todas las verduras en aceite vegetal y solo después agrégalas al caldo o al agua. Eso dora el azúcar que contienen las verduras y revela su sabor y hará tu platillo más aromático. Por cierto, es la misma regla para preparar ragú vegetal.
9. Unas deliciosas crepas
Sin importar la receta, siempre agrega un par de cucharadas de tu crema favorita a la masa. Este truco funciona en todos los casos sin excepción. Como resultado obtendrás unas crepas dulces. Siempre salen mucho más suaves, deliciosas y al rellenarlas no se rompen.
10. El azúcar no es para endulzar
El azúcar, al igual que la sal, es un condimento para tu platillo. Agrega una pizca de azúcar a cualquier platillo que contenga tomate fresco, conservado o salsa de tomate. Esto le quitará un poco de la acidez natural que posee este ingrediente y te permitirá descubrir el verdadero sabor del platillo.
11. El platillo más complicado es un huevo estrellado.
Son tres los principales componentes para obtener un perfecto huevo estrellado: sartén grueso, mantequilla y una temperatura adecuada. Calienta un poco el sartén y ponle aproximadamente 1/2 cucharita de mantequilla. Esta tiene que derretirse lentamente. A continuación pon el huevo en el sartén y cocina de 4 a 5 minutos. Agrega un poco de sal y ¡listo! Puedes empezar a comerlo.
12. Un buen caldo
Tener un caldo transparente es uno de los principales elementos para la gran mayoría de las sopas, salsas y otros platillos. Para que el caldo sea cristalino, hay que cocinar el pollo de una manera especial. Debes hacerlo a fuego lento y sin tapa durante no menos de 3 horas, evitando que hierva y quitándole a tiempo la espuma cuando se acumule. Después de 1 hora y media de cocción, puedes añadir la raíz del perejil, apio, zanahoria y cebolla.
Pero al preparar el caldo de res o cordero, se pueden freír algunos tubérculos. Córtalos a la mitad y ponlos en un sartén seco y caliente hasta formar una corteza negra. Luego agrégalos al caldo, esto le dará color y un excelente sabor a tu platillo.
13. Una crujiente corteza
Al hornear pan casero, ocurren frecuentes dificultades con la corteza. A veces queda pálida o se vuelve tan dura como una piedra. La solución es fácil: coloca un traste con poca cantidad de agua al horno. El vapor hará su tarea, la corteza saldrá bonita, crujiente y al mismo tiempo blanda.
14. Freír correctamente la cebolla
Pon el sartén a fuego medio, caliéntalo y agrega mantequilla, aceite vegetal y la cebolla picada con sal. La sal ejecutará varias tareas: evitará el olor desagradable y ayudará a que la cebolla se prepare más rápido y se endulce. Se puede freír la cebolla solamente con mantequilla, pero para que no se haga oscura durante el proceso de calentamiento, utiliza mantequilla clarificada.
15. No le temas al ajo
No solo los vampiros temen al ajo. El olor que produce al salir de tu boca puede
destruir una reunión de negocios o una cita romántica. Si te gusta esta verdura, pero tienes miedo de asustar a la persona con la que planeas verte, no lo agregues al platillo, solamente unta el plato con ajo. La comida adquirirá su aroma y así podrás evitar el desagradable olor.
Consejo extra: di no a los sartenes antiadherentes.
¿Notaste que con los sartenes modernos es muy difícil preparar algún platillo con una verdadera corteza crujiente? Toda la culpa la tiene el recubrimiento antiadherente. Utiliza este tipo de sartén para preparar el huevo, el omelet o las crepas. Pero si necesitas pescado, carne o papa con una corteza apetitosa, compra un buen sartén sin recubrimiento antiadherente y siente la diferencia.